Durante las tareas de limpieza, nuestras manos están en contacto directo o indirecto con sustancias químicas que pueden causar irritaciones, resequedad, alergias o incluso quemaduras. Por eso, protegerlas adecuadamente es una parte esencial de una rutina de limpieza segura y responsable, tanto en el hogar como en espacios de trabajo.
1. Usa guantes apropiados
Los guantes son la primera barrera de protección. Opta por guantes de nitrilo, neopreno o PVC, especialmente si usas productos químicos concentrados. Evita los guantes de látex muy delgados, ya que no siempre bloquean sustancias corrosivas.
2. Evita el contacto directo con productos concentrados
Nunca toques productos sin diluir con las manos. Incluso si parece inofensivo, puede afectar tu piel tras pocos segundos de contacto. Usa siempre utensilios o vierte con cuidado usando guantes.
3. No reutilices guantes dañados
Si tus guantes tienen grietas, están resecos o huelen a químicos, reemplázalos. Un guante dañado pierde su función protectora y aumenta el riesgo de exposición.
4. Lava tus manos después de limpiar
Al terminar, lávate con agua y jabón, aunque hayas usado guantes. Esto elimina residuos invisibles que podrían haber quedado en la piel al quitar los guantes.
5. Hidrata tus manos
Los productos químicos y el agua constante resecan la piel. Usa crema hidratante para evitar grietas y mantener la piel saludable, especialmente si limpias con frecuencia.
Pequeños hábitos como estos marcan la diferencia para mantener la piel protegida y evitar complicaciones a largo plazo. La seguridad empieza en tus manos.