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Aunque se cree que el baño es la zona más sucia, objetos cotidianos como esponjas, celulares, interruptores y controles tienen más bacterias. Identificar y desinfectar estas superficies olvidadas es clave para mantener un ambiente verdaderamente higiénico, seguro y saludable en el hogar.

El pH indica si un producto es ácido, neutro o alcalino, lo que influye en su capacidad limpiadora. Los ácidos eliminan sarro; los alcalinos, grasa. Conocer el pH permite elegir el producto adecuado para cada superficie, optimizando la limpieza y evitando daños o riesgos innecesarios.

Es clave distinguir entre productos corrosivos e inflamables para un uso y almacenamiento seguros. Los corrosivos dañan tejidos y materiales por contacto; los inflamables se encienden fácilmente con calor o llama. Conocer estas diferencias ayuda a prevenir accidentes y a manejar los productos químicos correctamente en el hogar.

Limpieza y desinfección no son lo mismo. La limpieza elimina suciedad visible como polvo o grasa con agua, jabón o productos multiusos. En cambio, la desinfección elimina microorganismos invisibles como bacterias, virus y hongos. Ambas son necesarias para mantener espacios verdaderamente seguros, saludables y libres de contaminaciones invisibles comunes.